Wallet secuestra bitcoins bajo argumentos legalistas
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Social Profits«Lo único que necesita el mal para triunfar es que los hombres buenos no hagan nada.»
Edmund Burke
La cripto-noticia relativa a uso reglamentado con conocimiento del cliente (KYC/AML) del momento, trata sobre como el usuario de bitcoin y reconocido conferencista Giacomo Zucco fue despojado mediante el uso de la fuerza de sus fondos. Esto se realizó de forma posiblemente legal, pero claramente inmoral. Invito al lector a que me acompañe en este artículo para explorar las consecuencias jurídicas, éticas y culturales del sistema fiat que disparó la cuestión.
Hechos
Durante la primer semana de julio de 2024 el bitcoiner maximalista Giacomo Zucco (@giacomozucco) envía a su billetera de Volet, compañía registrada en Canadá, satoshis equivalentes a un par de miles de dólares con la intención de recargar su tarjeta Mastercard prepaga. El uso de los servicios de esta empresa no fue nada inusual ya que había hecho el mismo procedimiento previamente en otras ocasiones en forma exitosa. El usuario ya estaba debidamente regsitrado (onbordeado) en el sistema, habiendo pasado exitosamente el procedimiento KYC/AML requerido por la empresa. Sin embargo, en esta oportunidad, Volet decidió negarle el servicio recientemente requerido. Es decir, omitieron cargar los dólares en la tarjeta prepaga.
Ante esta situación el usuario solicitó el reintegro de los satoshis en una dirección bajo su control. La empresa se negó a hacerlo. Además, comenzó a solicitar una serie de requisitos que, según Volet, en caso de cumplirlos exitosamente, harían que la empresa se viera persuadida para efectivizar la devolución.
El usuario manifestó cumplir con los requisitos solicitados por Volet en primer término consistentes en una impresión de pantalla que mostrara de dónde venían los fondos. Luego aseveró la imposibilidad material de cumplir con los requisitos solicitados por la empresa en segundo término, consistentes en un análisis de la cadena con una profundidad que excedía su billetera en frío, que es desde donde salieron los fondos originalmente. Esto último debido a que la empresa estaría solicitando conocer el origen del origen del dinero. Es decir, de qué entidades proviene el dinero que el usuario tenía en su billetera desde la cual salió el cuestionado utxo que fue usado para el intento de fondeo de su tarjeta prepaga. El usuario manifiesta imposibilidad material-económica de conocer a cada entidad que oportunamente le remitió dinero debido a que había usado una billetera orientada a la privacidad.
En su defensa la empresa indicó públicamente que el usuario no cumplió con los requisitos solicitados y que dichos requisitos no son caprichosos, sinó que están detallados en sus términos y condiciones. Asimismo, también dijo públicamente que el “crypto” recibido desde el usuario estaba “sucio” (dirty). Posteriormente la empresa movió el utxo cuestionado a diferentes direcciones, mezclándolo así con otros utxos que pertenecerían a otros usuarios del servicio.
Al momento de redacción de este artículo, el usuario no recibió sus sats ni otros sats en concepto de devolución de su propiedad.
Análisis Jurídico
Aclaración preliminar: lo que la empresa está haciendo jurídicamente es apoyarse en la legislación vigente emanada de la GAFI. Este organismo es el que a nivel mundial -con excepción de tres países- regula absolutamente todo lo relativo a movimiento de dinero, pero también todo otro tipo de intercambio comercial. Para conocer más sobre la opinión de este autor sobre a lo que se dedica la GAFI invito al lector aquí. Y si le interesa leer sobre la insalvable contradicción de intentar forzar a Bitcoin a estar en compliance puede pasar por acá.
Acciones de discutible legalidad
Desde un punto de vista del derecho positivo vigente, es decir derecho fiat creado por la GAFI y replicado por los Estados, lo que la empresa hizo puede ser cuestionado desde los siguientes ángulos:
- RETENCIÓN ILEGAL. La empresa retuvo de forma muy posiblemente ilegal el dinero de un usuario. Si bien la GAFI indica que en los casos de sospecha corresponde pedirle información adicional al usuario, en ninguna legislación o recomendación se avala la retención indefinida del dinero. Tampoco se avala, al menos no expresamente, la acción de usar como palanca la retención de fondos en pos de lograr la ansiada información que debería ser aportada por el usuario. Ello sin perjuicio de que constituye una práctica habitual en la industria.
- FALSA ATRIBUCIÓN DE UN DELITO
La empresa aseveró públicamente que el dinero estaba dirty (sucio). Esto legalmente puede ser visto como el equivalente de atribuir un delito a otro. Atribución que, si resulta ser falsa, se convierte en una acción delictiva en sí misma.
Para un caso como el de mentas, considerando el principio de inocencia del usuario, queda en cabeza de la empresa la demostración del aludido delito que ellos le endilgan a aquel. O sea, al decir que Giacomo mandó dinero sucio están diciendo que está cometiendo, al menos en grado de tentativa, el delito de lavado de dinero. Hecho que, en caso de omitir demostrarlo, jurídicamente generaría daños en el usuario por habérsele atribuido falsamente la comisión de un delito en grado de tentativa.
- COMPLICIDAD EN EL LAVADO DE DINERO
Si, tal como sugiere la empresa en todo su accionar, el dinero fuera de origen ilícito ¿Por qué lo mezclaría con los fondos de otros usuarios para luego redistribuirlo? Si lo aseverado por @peterktodd es correcto y si existiera una “ilegalidad” en el dinero originalmente depositado por Giacomo, entonces Volet directamente sería cómplice. Específicamente respecto del delito de lavado de dinero ya que voluntariamente habría decidido transmitir dinero sucio mezclado con dinero de sus usuarios para luego reingresarlo en el sistema financiero con apariencia de lícito.
Judicialización del caso
La empresa se muestra confiada en que ganaría el caso en caso de ser discutido judicialmente.
Apuestan a que, en caso de llegar a una sentencia, la misma probablemente dirá que no hicieron nada ilegal ni malo. Y probablemente tengan razón. Los títeres del sistema orwelliano globalista fiat estatista de hipervigilancia normalmente son avalados por el propio sistema que los dirige siempre y cuando sigan lamiendo la bota del opresor.
Lo que realmente está en juego
Ya sabemos que los Estados son los amos y señores del derecho positivo por lo que la legalidad puede ser moldeada conforme los caprichos de los gobernantes. La cuestión verdaderamente importante y que está en juego es la moralidad del sistema fiat VS la moralidad del sistema Bitcoin.
Lo que disparó el caso fue que una empresa siguió la instrucción GAFI consistente en obstaculizar el uso de activos virtuales “que traten de impedir su trazabilidad o que traten de obtener mayor anonimato.” El quid de la cuestión es que una empresa intentó ser puente entre fiat y bitcoin pero respetando esa regulación estatal. Actividad comercial que es esencialmente contradictoria.
Si se opera dentro del fiat se deben seguir las reglas fiat y si se opera con bitcoin se siguen las reglas de bitcoin. Siendo las primeras contradictorias entre sí, maleables y totalmente subjetivas mientras que las segundas son de perfecto e inevitable cumplimiento por ser aseguradas por el protocolo informático Bitcoin. El conflicto con el usuario surgió porque la empresa intentó usar bitcoin pero siguiendo las reglas fiat, mientras que el usuario intentó usar fiat pero siguiendo las reglas de bitcoin.
Es decir, este mismo problema se ve y se seguirá viendo replicado infinidad de veces mientras siga existiendo un derecho fiat que se aparte de las normas prescriptas, mantenida y siempre inviolablemente ejecutadas por el protocolo global libre de transmisión de valor de la humanidad.
Es decir, seguirá ocurriendo con cada entidad en compliance que acepte bitcoin de alguna u otra forma. El conflicto no es Volet versus Giacomo, sino fiat versus bitcoin, coacción versus consenso, estancamiento versus progreso, esclavitud versus libertad.
Camilo JdL para Criptonoticias a las 851856 timechain