Bitcoin, ¿dinero rebelde o dinero exitoso?
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Social ProfitsEste artículo fue escrito por Adam Dubove, quien es columnista, consultor y divulgador acerca de Bitcoin. Es cofundador y director de Ichimoku Fibonacci, una empresa online orientada al asesoramiento financiero.
«Bitcoin es dinero rebelde.» Esta frase es tan vacía como cierta. La rebeldía puede significar una variedad de cosas, según quien la describa. Pero en el caso de bitcoin, no importa el tipo de rebeldía al que se aluda, bitcoin es dinero rebelde, cualquiera sea la definición de rebeldía.
Los orígenes de Bitcoin son rebeldes. Hay que remontarse a la prehistoria del «sistema de intercambio de dinero efectivo electrónico entre pares» para poder entenderlo. El desarrollo de Bitcoin comenzó a principios de la década de 1990, cuando un grupo de profesionales y aficionados a la criptografía con inclinaciones libertarias comenzó a anticiparse al surgimiento de una sociedad hipervigilada. Con el advenimiento de la era digital, los cypherpunks sabían que las capacidades del gobierno para interferir o espiar en comunicaciones privadas estaban a punto de crecer en varios órdenes de magnitud.
Claro, es más sencillo interferir en un correo electrónico o registrar metadatos de comunicaciones telefónicas que abrir una carta de papel, leerla y volverla a cerrar sin que aparente haber sido violada, o interceptar a un mensajero que se desplaza de un lugar a otro para llevar el mensaje. Los cypherpunks estaban anticipándose unos 15 años antes a la explosión de Internet.
En 2013, las revelaciones de Snowden sobre el programa del gobierno de Estados Unidos para espiar masivamente conversaciones de sus propios ciudadanos, con órdenes judiciales de dudosa legalidad, terminaron por darle la razón a quienes sentaron las bases intelectuales de Bitcoin. Los cypherpunks lograron desarrollar varias soluciones para garantizar conversaciones anónimas y seguras, transferir archivos sin que puedan ser interceptados o preservar el anonimato de la identidad cuando se usa la red. Sin embargo, uno de los grandes intereses de esta comunidad quedó con final abierto: el dinero.
En el Cyphernomicon, uno de los documentos fundacionales del movimiento cypherpunk escrito por Timothy May, hay un largo desarrollo, aunque algo disperso, sobre el dinero digital o efectivo digital, los desafíos, las soluciones actuales y los problemas para alcanzar un diseño satisfactorio que cumpla los valores cypherpunk. En 2008, con la presentación del white paper de Bitcoin, Satoshi cerró el círculo.
Los primeros años de existencia, la red Bitcoin atrajo a los sospechosos de siempre. Al igual que muchas de las herramientas cypherpunk, una moneda digital descentralizada generó primero el interés de un puñado de aficionados a la criptografía, tecnólogos y personas con inclinaciones libertarias. Los pioneros de Bitcoin, al menos, se pueden circunscribir a una de estas categorías.
Sin embargo, a diferencia de lo que ocurrió con otras aplicaciones cypherpunk como los remailers o el PGP, Bitcoin rápidamente trascendió los círculos habituales y comenzó a filtrarse rápidamente al mainstream. ¿A qué se debió el éxito en la divulgación de Bitcoin frente a la relativa oscuridad en torno a los remailers o el PGP?
Los factores son muy variados. En primer lugar, la gran mayoría considera las soluciones de privacidad como diseñadas para otros. Los incentivos para usar herramientas que complican la comunicación son muy bajos. La mayoría de la gente no percibe que su privacidad esté siendo vulnerada o no considera que la información que transmiten sea lo suficientemente importante como para tomar mayores precauciones. En cambio, el dinero lo usamos todos los días.
El primer factor, entonces, es que el dinero tiene muchos más demandantes que las soluciones de privacidad y, por lo tanto, más usuarios y casos de uso. No mucha gente envía algún mensaje o transmite información con temor a que sea interceptada; sin embargo, todos usan el dinero para hacer pagos, transferencias o ahorrar. Frente al producto de nicho que pueden ser los remailers anónimos, Bitcoin apunta a los más de 8.000 millones de seres humanos que tiene el planeta.
No solo el dinero es algo de uso diario, sino que las soluciones que brinda Bitcoin son para problemas palpables. Vivir bajo un régimen de alta inflación como Venezuela, Argentina o Líbano; vender productos que a los procesadores de pagos no les gustan; la represión financiera; la falta de privacidad financiera con fines fiscales o caer en los laberintos de la burocracia bancaria son algunos de los motivos por los que una persona adoptaría Bitcoin.
Entonces, no solo bitcoin es una alternativa en el inmenso mercado del dinero, sino que además plantea soluciones a problemas generalizados que no se limitan a un nicho pequeño. El tercer factor es conocido como la estrategia de marketing automática de bitcoin: la volatilidad.
Las variaciones en el precio de bitcoin, y su crecimiento al menos en siete órdenes de magnitud, han sido una excelente estrategia de marketing y han atraído a millones de usuarios que se vieron tentados por la idea de «hacerse rico rápido» y se zambulleron. Y si bien bitcoin no fue creado para «hacerse rico rápido», lo cierto es que, como se suele decir, «vinieron por las ganancias, se quedaron por las ideas».
Entonces, si Bitcoin ha tenido un éxito mucho mayor que otras innovaciones cypherpunk, ¿por qué la cantidad de usuarios apenas bordea los 200 millones –como reportó Criptonoticias a principios de año—o un 2,5% de la población mundial? Las respuestas a esta pregunta son varias. No es correcto medir la adopción de Bitcoin con la misma vara que un producto de consumo como puede ser una red social o el iPod. El dinero no es un producto de consumo, sino una institución que surge en las sociedades a partir del orden espontáneo; su proceso de adopción es distinto.
Por ahora, Bitcoin es dinero rebelde. Su éxito radica en que millones de personas están aprovechando las ventajas que brinda la red sin líderes. Cientos de miles de personas, en países bajo los peores regímenes de este planeta, pueden enviar y recibir dinero sin barreras, pueden ahorrar y proteger el fruto de su trabajo dejándolo fuera del alcance de manos estatales, se pueden proteger frente a la inflación que diluye el poder adquisitivo del dinero fíat en el tiempo o de manera intempestiva.
Bitcoin es un éxito porque propone una solución global a problemas globales. Hoy es dinero rebelde para aquellos que quieren o necesitan escapar del sistema monetario fíat, y lo seguirá siendo mientras la red esté en funcionamiento. ¿Se alzará bitcoin como moneda de uso global en las próximas décadas? La respuesta es incierta. Bitcoin seguirá sumando usuarios, a medida que más gente comience a percibir los profundos problemas que subyacen en el dinero fíat, y este proceso de adopción es el indicador más claro del éxito de Bitcoin.