Un dato revela la desconfianza de Argentina hacia su sistema financiero
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Social ProfitsArgentina tiene dañado hace años su sistema financiero. Tras crisis recurrentes y devaluaciones que deterioraron la moneda nacional, la población resolvió guardar una auténtica fortuna lejos del control de las instituciones locales.
Mientras miles de argentinos se lanzaron en los últimos años a adquirir Bitcoin (BTC) y otras stablecoins para resguardarse de las turbulencias económicas, otros prefieren ir por la vía más tradicional: guardar en metálico y “debajo el colchón” su patrimonio en dólares.
En concreto, la tenencia de efectivo y depósitos en moneda extranjera en manos de argentinos alcanzó, al cierre del primer trimestre de 2024, los USD 255.148 millones. Si se descuentan los USD 16.915 millones que están depositados en las cuentas bancarias registradas por el Banco Central de la República (BCRA), el total del dinero que está fuera del radar oficial es de USD 238.233 millones.
El dato surge del último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INDEC) sobre “Balanza de pagos, posición de inversión internacional y deuda externa”. Este importante monto prácticamente quintuplica lo adeudado por el país al Fondo Monetario Internacional (FMI).
Estos denominados “activos externos” se trata de un ahorro que suele estar depositado en cuentas a la vista en el extranjero, billetes guardados en las cajas de seguridad de las entidades financieras u oculto de manera física en algún inmueble.
La desconfianza hacia la moneda fíat nacional es mayor, si se toma en cuenta otro indicador. En total, si se incluyen a los activos bursátiles acreditados, propiedades y otras inversiones tradicionales acreditadas en el exterior, el monto de dinero de los activos externos del sector privado no financiero alcanzó a fines de marzo los USD 400.925 millones.
Este resquemor estructural hacia las instituciones financieras, al punto de asumir el costo de no invertir el dinero en activos que generen rendimiento. Es una tendencia de largo plazo que se profundizó a partir de la crisis de 2001-2002 en el país, que tuvo como efecto el desplome del modelo de convertibilidad cambiaria “un peso, un dólar” .
En aquellos años, el gobierno del entonces presidente Fernando de la Rúa cayó por masivas protestas sociales. La tensión política y ciudadana se agravó luego que aquella administración dispuso un “corralito” de los depósitos, que significó una prohibición a retirar el dinero de los bancos, con un monto mínimo.
En paralelo, se agravó el stock de deuda externa en el país. Según el mismo informe, este indicador aumentó en los primeros meses del gobierno de Milei y rozó los USD 290.000 millones.
A raíz de esta suba, y la recesión actual que atraviesa Argentina, su peso sobre el Producto Bruto Interno (PBI) también creció en el primer trimestre de 2024 a casi 60 por ciento. Según el informe del INDEC, la deuda externa subió en USD 2.160 millones (+0,8%) respecto del último trimestre del año pasado.
Es una presión que, en la actualidad, está soportando la población con medidas de ajuste del gasto público, que impactan en los niveles de ingresos y los servicios públicos. Y es un punto que restringe a las libertades económicas. Desde hace años, los ahorristas deben recurrir a mercados alternativos e informales a la hora de adquirir dólares.
El escape hacia las criptomonedas
Si bien la mayoría insiste en refugiarse en los tradicionales dólares, cada vez más caros ante la demanda local, el número de argentinos que poseen criptomonedas se estima en 5 millones. En la región, ya es el segundo mayor mercado de estos activos digitales, ocupando el puesto 15 en el Índice de Adopción Global de Criptomonedas 2023 de Chainalysis. Otros estudios ya ubican al país en el primer lugar, como reportó CriptoNoticias.
“Argentina es el país con más volumen de todos los países de la región, inclusive más que Brasil y que México. Pensar que ellos representan a 240 millones o 150 millones, y nosotros somos 45. O sea, si hacés la cuenta en volumen per cápita, somos por lejos el país con más adopción de toda la región”, sostuvo en una entrevista Marcelo Cavazzoli, CEO del exchange Lemon.
Una de las hipótesis detrás de esta tendencia es que los argentinos intentaron encontrar otras salidas a la inflación descontrolada en los últimos ocho años, cuyo índice superó el 200% en 2023. Además, las restricciones a la compra de dólares cerraron una de las “canillas” tradicionales para resguardar el patrimonio personal.
“Yo creo que, debido al contexto que tuvimos, se logró que la gente se abriera a cosas nuevas. Creo que en esa búsqueda encontraron Bitcoin, encontraron “stablecoin” vieron que hay algo más y empezaron a ver todo lo que viene después”, puntualizó Cavazzoli.
“Tenemos la adopción por parte del público, talento, muchísimo talento y conocimiento en los ciudadanos. Yo recorro diferentes países y me vinculo con muchas personas y a veces le pregunto ¿conoces Bitcoin? Y me responden: ‘no, no, qué es eso’. Acá en Argentina eso no te pasa”, agregó.
El director general de Bitso en Argentina, Julián Colombo, coincidió en que “Argentina es a nivel general uno de los países con mayor adopción de cripto en el mundo”. “Pero todavía hay 9 de cada 10 personas que nunca operó con criptomonedas. Y ahí tenemos mucho por conquistar”, puntualizó en declaraciones a un medio local.
La persistencia de la inestabilidad
La llegada del gobierno de Javier Milei generó cierta expectativa en un sector de la población ante las promesas de eliminar algunas de las restricciones. Entre ellas, el levantamiento de las trabas para operar con activos digitales, a partir de la implementación de un “régimen de libre competencia de monedas”.
Lo cierto es que estas señales políticas tuvieron un efecto mínimo en el stock de dólares en efectivo fuera del sistema financiero local. Entre enero y marzo, apenas hubo una reducción marginal de USD 560 millones (-0,2%) de este capital debajo del colchón, desde los USD 238.793 millones del cierre de 2023 a los USD 238.233 millones.
Es decir, pocos confiaron en “blanquear” y reingresar su patrimonio a la economía doméstica. Y en los últimos días, la cotización del dólar alternativo comenzó a dispararse hasta superar los 1400 pesos en el mercado “blue” o informal.
En este marco de inestabilidad y desconfianza hacia las medidas oficiales, el ecosistema de los activos digitales se vuelve un campo propicio para que siga creciendo. “En países como el nuestro o como Colombia en los últimos tiempos, con muchos problemas coyunturales macro, la gente encuentra que la cripto ayuda. En Argentina fue el acceso fácil al dólar para poder paliar una inflación de tres dígitos, mover dinero entre un país y otro de manera muy fácil. Creo que eso lo hace un producto muy atractivo para sociedades como la nuestra”, resumió Colombo.