¿Qué es una DAO?

Una DAO, acrónimo de la frase Organización Autónoma Descentralizada, es una organización de personas y empresas, generalmente en torno a criptomonedas, que se reúnen con un objetivo común: gestionar de forma autónoma la gobernanza de un proyecto. Las DAO funcionan a través de contratos inteligentes y redes como Bitcoin y Ethereum. A través de una DAO se pretende eliminar las jerarquías y las autoridades centrales, democratizando la toma de decisiones mediante votos.

Las DAO proponen un modelo de organización donde las decisiones no se toman por una élite, sino por un colectivo de individuos. Para una DAO, la autonomía es el eje fundamental de su propósito.

Para su funcionamiento, una DAO necesita primero un conjunto de normas, que sus participantes estén de acuerdo y se establezca un mecanismo para poner en marcha dicho acuerdo. Este mecanismo consta de 3 partes: un contrato inteligente, las reglas del consenso y un token que sirva para definir el nivel de participación de cada parte involucrada.

En otras palabras, las DAO pueden verse como una cooperativa donde cada integrante es un accionista.

En la actualidad, las DAO han cobrado especial relevancia en el ámbito de las criptomonedas, ya que permiten a las personas y empresas tomar decisiones sobre el manejo de recursos financieros de manera conjunta, minimizando la fricción. Es decir, evitando que una de las partes tome decisiones que no estén escritas en el acuerdo automatizado.

Proyectos como Cardano permiten que sus accionistas tomen decisiones sobre la emisión de monedas o los sistemas de recompensa por participar y asegurar sus sistemas de intercambio de dinero. Otros proyectos como MakerDAO y Aave, enfocados en préstamos, gestionan aspectos de su funcionamiento, como tasas de intereses, a través de este modelo de inversión y gobernanza.

¿Cómo funciona una DAO?

Las Organizaciones Autónomas Descentralizadas (DAO) funcionan a través de acuerdos automatizados. Estas entidades, impulsadas por la tecnología de Bitcoin y los contratos inteligentes, gestionan sus recursos de manera colaborativa. Las redes blockchain proporcionan seguridad, transparencia y auditabilidad de las transacciones relacionadas con la DAO; los contratos inteligentes definen y ponen en marcha las normas que permiten a estas organizaciones alcanzar su objetivo.

Un cambio de paradigma

Lo primero que necesita una DAO para funcionar es un conjunto de reglas sobre el proyecto que llevará a cabo. Estas son las reglas que se programan en el contrato inteligente (un programa computarizado que hace cumplir automáticamente los acuerdos) que administrará las actividades del proyecto, bien sea que se trate de una plataforma de préstamos, de un exchange descentralizado o una criptomoneda (que requiere procesos de emisión y validación de transacciones).

A continuación, se realiza una ronda de financiación que tiene dos objetivos. El primero es proporcionar un tipo de propiedad interna. Generalmente las DAO utilizan un token para financiar sus actividades o recompensar a los participantes. El segundo otorga a los usuarios derecho a voto, según la cantidad de tokens que tengan, además permite que cada usuario pueda influir en las decisiones de la organización.

El poder de los algoritmos

En el corazón de las DAO se encuentran los contratos inteligentes, que no son más que programas automatizados para llevar a cabo una o varias tareas. Estos programas, de código abierto, otorgan autonomía al proyecto, pues una vez desplegados, las decisiones no dependen de los creadores del proyecto, sino de sus participantes.

Las funciones del contrato inteligente de una DAO se pueden resumir en dos principales: ejecutar las reglas acordadas sin posibilidad de variación, al menos que la mayoría vote por un cambio, y custodiar y administrar el tesoro de la organización.

Estos contratos aseguran que cada decisión y transacción quede registrada de forma inmutable y accesible para todos. Pero, ¿cómo se consigue este nivel de seguridad?, a través de una cadena de bloques como Bitcoin o Ethereum.

Un ecosistema de colaboración

Las DAO no son solo un conjunto de código, sino comunidades donde las personas se unen con un objetivo común a través de un protocolo de consenso. Los miembros de una DAO tienen voz y voto en las acciones que lleva a cabo la organización, participando en propuestas, debates y decisiones que impactan directamente en su funcionamiento.

Por regla general, las propuestas de los usuarios de una DAO solo se admiten si la parte interesada deposita cierta cantidad de tokens. Esto evita que el sistema se inunde de una cantidad enorme de propuestas y que los usuarios solo propongan cambios valiosos de manera organizada.

El token como herramienta

Para incentivar la participación y el compromiso, las DAO suelen emitir tokens, activos digitales que representan derechos y responsabilidades dentro de la organización. Los tokens pueden utilizarse para votar en propuestas, acceder a recursos exclusivos o incluso recibir recompensas por contribuir al funcionamiento de la DAO.

Estos tokens suelen utilizarse como colaterales o garantías. Cuando una persona o empresa tiene dinero depositado en un protocolo, ese capital pone en juego sus intereses. De manera que mientras tenga tokens de una DAO, está motivado a no actuar de forma perjudicial o corrupta, porque perjudicaría el valor del dinero que tiene.

¿Cómo se puede participar en la gobernanza de una DAO?

Para participar en la gobernanza de una DAO (o ser un accionista de la organización), los interesados deben adquirir primero que nada los tokens de la DAO; luego, dependiendo del grado de involucramiento que quieran tener, pueden dirigirse a los foros (Reddit, Discord o Telegram) donde se discuten las propuestas de mejora de la organización autónoma descentralizada y comenzar a opinar.

Tal como en una organización tradicional, mientras más acciones (o tokens) se tengan, más poder de influencia ejercen sobre las decisiones que se tomarán. Así, una persona o compañía puede tener el 0.1% del total de los votos con 100 tokens, por ejemplo, mientras que una con 10.000 tokens representaría el 10%.

Un aspecto criticado de las DAO guarda relación con el producto de esquemas de participación constituidos de manera que quien tiene más token en un proyecto, tiene mayor poder de decisión. La razón es que este modelo fácilmente podría constituir una plutocracia, donde los más ricos tienen más influencia en la toma de decisiones.

¿Cómo se organiza una DAO?

Una DAO se organiza en torno a un tesoro, que no es más que el capital con que cuenta el proyecto. Este capital está conformado por los aportes de cada uno de los accionistas de la DAO, quienes depositan en un contrato inteligente tokens propios del proyecto.

Como cada acción que se ejecuta en el proyecto depende de los votos de sus accionistas, se garantiza que ninguna decisión se tomará sin el consenso de los participantes. Esto promueve la responsabilidad sobre la toma de decisiones y contribuye a resolver problemas de manejo de fondos típicos de otros modelos de organización (como instituciones u organizaciones civiles), donde la responsabilidad recae en un pequeño grupo de personas.

Visto de otra manera, una DAO está organizada con base en la participación colectiva. No existe un CEO que tome las decisiones. Y las propuestas de cambios pueden surgir de cualquier miembro de la organización. Además, no hay límites geográficos o de jurisdicción para formar parte de una DAO.

¿Cuáles son los beneficios de las DAO?

Quienes promueven el uso DAO argumentan que este modelo de organización tiene ventajas sobre otros modelos de organización tradicionales. Se pueden resumir en los siguientes puntos.

• Los accionistas de un proyecto tienen voz y voto en la toma de decisiones. No dependen de un CEO o una minoría.
• El uso de los recursos financieros puede trazarse a través de transacciones públicas en una cadena de bloques, lo que da transparencia.
• En teoría, las organizaciones poseen autonomía y sus acciones no están sujetas a entidades externas.
• Las votaciones y propuestas de cambio dentro de la DAO requieren inversión, por lo que cada idea y decisión debe ser atendida con responsabilidad de cada participante.

¿Cuáles son los desafíos y riesgos de las DAO?

Debido a que la primera DAO relevante de la historia sufrió un hackeo de gran magnitud, estos proyectos han sido duramente criticados.

La historia de The DAO (nombre de un proyecto que no debe confundirse con el acrónimo DAO) comenzó con una recaudación de fondos de USD 150 millones. Sin embargo, un hacker descubrió un error en el contrato inteligente que le permitió robar USD 50 millones en cuestión de días, desviando los fondos. Al poco tiempo, el problema fue identificado y se tomaron medidas para evitar que el robo continuara y devolver los fondos a los inversionistas.

Este precedente muestra los grandes desafíos y riesgos de participar en una DAO. Sin embargo, las críticas pueden ir más allá, pues algunos analistas argumentan que las DAO no ofrecen soluciones convincentes a los grandes problemas de las sociedades de hoy en día. Y que, de hecho, pueden verse como simples asignaciones de criptomonedas de proyectos relacionados con este ecosistema.

Pero, hagamos un resumen para destacar los riesgos principales que aquejan a estos sistemas:

• La complejidad de programar contratos inteligentes y redes basadas en cadenas de bloque presenta desafíos técnicos para los creadores de una DAO.
• Los potenciales errores de programación pueden generar pérdidas de fondos y en muchos casos son difíciles de arreglar.
• La toma de decisiones puede ser compleja y lleva tiempo, pues requiere que muchas personas se pongan de acuerdo sobre un tema.
• La participación puede llegar a ser desigual, debido a que pocos actores, con grandes inversiones en la DAO, pueden tener mayor poder de decisión que otros.

¿Cuál es el estatus legal de las DAO?

Las organizaciones autónomas descentralizadas pueden estar sujetas a estructuras legales existentes. Sin embargo, el tipo de estructura (asociación, fundación, LLC, fideicomiso) depende del objetivo de cada proyecto y su jurisdicción.

En general, todas las jurisdicciones del mundo contemplan en sus legislaciones formas de sociedad (aquellas con fines de lucro) o asociaciones (sin fines de lucro). Las DAO pueden tomar cualquiera de estas formas jurídicas, incluyendo la de un fideicomiso.

Las asociaciones, pueden ser simples o “no incorporadas”. ¿Qué significa esto? Pues que en los casos en que ocurra una eventualidad con implicaciones legales, las responsabilidades podrían caer sobre sus miembros.

Cuando los miembros de una DAO (o su core team) participan en asociaciones o sociedades no registradas pueden, en algunas circunstancias, ser demandados de manera personal por las deudas, daños y perjuicios causados ​​a terceros.

Al no estar incorporado, los “socios” pierden el beneficio de la responsabilidad limitada. Esto quiere decir que, por ejemplo, los activos de los socios o accionistas no se diferencian de los activos de la empresa, por lo que corren riesgos en caso de que la empresa sea embargada tras una quiebra o robo.

Jurisdicciones como Wyoming, Tennessee, Delaware y Vermont en EE. UU. permiten incorporar organizaciones DAO a través de asociaciones de responsabilidad limitada.

En los casos en los que una DAO emite un token, hay consideraciones adicionales. Por ejemplo, los que están relacionados con una eventual oferta pública de tokens promovida por una DAO. Según cada diseño de token, estos podrían ser considerados valores negociables (securities o esquemas de inversión). En países como Estados Unidos y en la Unión Europea, este tipo de activos está fuertemente regulado, por lo que las empresas que no están registradas pueden ser demandadas.

No todas las DAO necesitan una estructura legal. Sin embargo, en la mayoría de los casos esto no ocurre, incluso si una DAO utiliza esta figura jurídica como “envoltorio legal” para separar los deberes y responsabilidades de sus miembros del funcionamiento de la empresa.

¿Cuáles son las DAO que funcionan en la actualidad?

Prácticamente cualquier sistema de criptomoneda que tenga una gobernanza descentralizada puede denominarse como DAO, especialmente si su funcionamiento partió de un financiamiento colectivo. Veamos algunos casos.

Cardano: es una red de criptomonedas de código abierto diseñada para impulsar aplicaciones descentralizadas. Posee un sistema de gobernanza que permite a los inversionistas tomar decisiones sobre la tesorería del proyecto.

MakerDAO: es una DAO basada en Ethereum que tiene como objetivo crear y mantener una moneda estable llamada DAI. La principal característica de DAI es que está vinculada al valor del dólar estadounidense. Además, posee un token denominado MRK, que es específico para la gobernanza del proyecto.

Uniswap: es una plataforma de intercambio descentralizado (DEX) que permite a los usuarios intercambiar criptomonedas, sin necesidad de intermediarios. Funciona mediante un sistema de liquidez automatizada, donde los usuarios aportan sus propios fondos para crear pools de liquidez.

Aave: es una plataforma de finanzas descentralizadas (DeFi) basada en Ethereum, que permite a los usuarios prestar, pedir prestado y ganar intereses con sus criptomonedas. Aave funciona mediante contratos inteligentes y un pool de liquidez alimentado por los depósitos de sus inversionistas.

Dash: es una criptomoneda de código abierto que ofrece pagos instantáneos de persona a persona y transacciones privadas. En este proyecto los MasterNodes, encargados de validar y asegurar la red, son usuarios con más de 1.000 DASH en su haber. Dash ha perdido posiciones entre las criptomonedas más importantes, pero en algún momento gozó de cierta popularidad.